Encontrar tu IKIGAI y ponerlo en marcha

Encontrar tu IKIGAI y ponerlo en marcha

Hace poco conocí la palabra *IKIGAI* en un lugar donde venden productos de Smart Snacks. Lucía, la dueña, decidió nombrar así su lindo mercado porque ese es su propósito de vida. De hecho, eso es lo que significa la palabra en japonés: *IKI: vida, y GAI*: la realización de lo que uno espera o desea.

IKIGAI es un local fundado por Lucía y tiene una gran variedad de productos de emprendimientos colombianos. He visto hasta 15 tipos de café de origen, chocolates, licores, granolas, siropes de yacón y la mayoría de los productos son de pequeños fabricantes. IKIGAI está ubicado en la hermosa plaza de mercado de Paloquemao, en Bogotá, famosa por su diversidad de frutas colombianas que atrae a visitantes de todo el mundo. Si van por allá, visiten a Lucía; es muy amable y seguro encontrarán algo que necesiten. 

Después de conocer la palabra, leí y vi algunas noticias más sobre el tema. Hay una serie de preguntas que te pueden ayudar a encontrar tu verdadero IKIGAI, y básicamente son estas cuatro:

Sin darme cuenta, con los años había encontrado mi IKIGAI, igual que los habitantes de Okinawa, en Japón, quienes definen el IKIGAI como «la razón por la que nos levantamos en la mañana». Muchas personas de occidente han ido a esta isla para estudiar y analizar los comportamientos de sus habitantes y descubrir métodos para que las personas encontremos nuestro IKIGAI.

Volviendo a las cuatro preguntas, mi IKIGAI estaba clarísimo: crear productos que mejoren el estilo de vida de los demás, brindar oportunidades de empleo dignas, y ofrecer productos que fomenten una vida saludable, hechos a partir de materia prima del agro colombiano. Y por supuesto generar ingresos a través de estos propósitos para mantenerlos a través del tiempo.

No basta con saber cuál es tu propósito de vida; el siguiente paso es ejecutarlo. Y la gran ventaja es que eso te hará feliz, sin importar las batallas ganadas o perdidas. 

¿Cómo ejecutar este plan?

Para los emprendedores, dar los primeros pasos suele ser lo más difícil. El tiempo puede estar a favor o en contra, así que es necesario crear una disciplina para aprovecharlo bien. El primer año que decidí emprender, tuve la fortuna de contar con Yaneth en casa, una mujer muy especial que cuidaba de mi hija Emily y de mí durante mi segundo embarazo. Hacía unos frijoles deliciosos, y siempre la recuerdo con mucho cariño.

Gracias a su apoyo, yo podía salir temprano a una biblioteca cercana. Allí leía sobre procesos de horneado, investigaba sobre el mercado mundial de snacks y me inscribía en talleres de emprendimiento que ofrecía la Cámara de Comercio de Bogotá. Estos talleres son muy útiles y prácticos, así que, si en tu ciudad o municipio hay capacitaciones similares, ¡aprovéchalas! También usaba ese tiempo para hacer pruebas en el apartamento de mi hermano, porque sabía que, si me quedaba en casa, mi hija Emily sería la prioridad.

Así fue como empecé a dedicarle tiempo real y de calidad a mi emprendimiento: plasmando la idea, investigando el mercado y capacitándome. Me hubiera gustado ser un poco más disciplinada, pero ser mamá presente no es fácil. En ese tiempo ya estaba esperando a mi pequeño Martín, y en las tardes el tiempo era para Emily, con su pasión por el baile y la música.

El IKIGAI no se asocia únicamente al ámbito laboral. Más bien, está relacionado con tu estilo de vida y la prioridad que le das a proyectarte en el mundo mientras disfrutas del proceso. Algunos enfocan su IKIGAI en la familia, como los padres que se dedican a sus hijos; otros en sus empresas, en el arte, el deporte o, simplemente, en ser felices con el día a día.

Busca  tu IKIGAI y atrévete a convertirlo en  realidad. La disciplina y el tiempo de calidad son esenciales para alcanzar la meta. La constancia es la clave de muchos líderes, creadores y personajes exitosos.